sábado, 8 de marzo de 2014

El regalo

I

Cada semana se repite la misma historia.

Elena entra a la cafetería, escoge una mesa junto al ventanal y espera a su hermana. El lugar es tranquilo, suele haber gente variopinta y preparan un café riquísimo. No se puede pedir más.

Mientras espera a Sofía observa a las personas que la rodean. Parejas que acarician y se comunican con sus teléfonos, separadas entre sí por un muro de silencio; chicos absortos y embobados ante una pequeña pantalla; funcionarios, en la barra, discutiendo sobre fútbol; y, más allá, el hombre que siempre está a estas horas y que la mira con insistencia. Ahora levanta su copa a modo de saludo. Ella esboza una sonrisa y baja la cabeza. Es alto y atractivo y… ¡qué mirada tiene el condenado! 

Entra Sofía con paso vivo y boca sonriente; se saludan y piden los cafés. 

Mientras lo van bebiendo, sorbo a sorbo, disfrutando su sabor y del aroma que las envuelve, Sofía va desgranando sus novedades. Han de ser muy diversas, porque pasan de la seriedad a la sonrisa e incluso a la carcajada. Para Elena es un gozo vivir estas tardes que considera las mejores de la semana. Su hermana, tan joven y  espontánea, es su polo opuesto.  

Y tú, ¿qué me cuentas? Te noto rara.
Elena, entonces, saca una hoja de periódico de su bolso y pide otro café. 
Traigo el anuncio de una cosa increíble que quiero comentar contigo. 
Lo dice con tono serio, grave. Sofía pone cara de extrañeza y lee.

LA ÚLTIMA REVOLUCIÓN EN TELEFONÍA MÓVIL PARA PERSONAS IMPORTANTES
LLEVE EL TELÉFONO EN SU PROPIO CUERPO. Teléfono móvil-chip: se introduce bajo la piel y está activo las 24 horas. 6 mm de largo y 2,5 mm de diámetro. Testado clínicamente, sin efectos nocivos para el organismo. Múltiples prestaciones, incorporando las tecnologías más sofisticadas para un resultado óptimo. Actualización permanente. Referencias de su alto rendimiento. ¡Y lo más importante!: funciona como dos teléfonos porque tiene dos números distintos.

Empresa, teléfono, fax, correo electrónico. Entrega en 36 horas. ¿Eso existe? ¡Es increíble!  
Mi jefe me ha dicho que conoce a gente que ya lo tiene. 
No le comenta a su hermana que algunos han dado problemas a las personas que lo portaban.
Hay un breve silencio. Sofía permanece con la boca abierta. 
Elena, ¿no estarás pensando..?
Sí. Creo que es el mejor regalo de Navidad que le puedo hacer a Ernesto. — “Que tal vez sea la última con él”, piensa.
Ernesto, su marido, directivo de una gran empresa, usa tres teléfonos móviles, además de los dos fijos de la casa.
Tal vez este invento pueda sustituir todos los que lleva encima.
Su hermana calla; la observa con preocupación. Un punto de reproche en su mirada.
Sofía, no podemos tener una conversación sin interrupciones, una cena tranquila, incluso en la cama…
Elena está harta de su vida conyugal; no ha tenido valor para tomar una decisión drástica, pero ya no puede más.
No creí que llegara a ese extremo.  
Se miran en silencio; Sofía le acaricia la mano con ternura.
También le tengo preparado otro regalo sorpresa para Reyes. Ya te lo diré en su  momento. 

II

Llega la fiesta, que suele organizar Ernesto, la noche de fin de año. Se convierte en el centro de la reunión. Encantado con su regalo, presume ante familiares y amigos.

¿No te molesta eso ahí metido? ¿No te altera el sueño? ¿Cómo lo oyes?— Son algunas de las muchas preguntas que contesta satisfecho.
¿Veis este pequeñísimo pendiente en mi oreja? Es el auricular. Y este anillo tan bonito es el control remoto, desde donde puedo pedir agenda, escoger contacto, marcar…

El corro de curiosos, reacciona de distintas maneras: algunos con incredulidad, otros con admiración, y no falta el envidioso.

El día de Reyes, cuando Elena le anuncia la separación, no reacciona (tal vez no se lo cree), ocupado como está en sus asuntos.

La marcha de su mujer, unos días después, lo trae a la realidad. No puede localizarla ni con su alta tecnología en comunicación.

III

Hace un mes que está solo. En este tiempo, le han caído encima muchas complicaciones y situaciones adversas. Una detrás de otra.

De pronto, algo ocurre con el “teléfono-chip” que empieza a generarle graves problemas: un fallo en el sistema hace que algunas llamadas suenen y suenen durante varios minutos sin parar. A cualquier hora. Y va en aumento. La última vez que vino el técnico le dijo que se lo cambiarían por otro. Eso fue hace una semana y no ha vuelto a dar señales de vida.

Ayer se ha enterado de que esa empresa de telefonía ha desaparecido, se ha esfumado.
Y ahí va el hombre de aquí para allá, sonando y sonando, buscando algún modo de que le saquen ese aparato infernal.

Por su parte, Elena, que se había marchado de su casa después de Reyes, se ha ido de viaje. Quiere tomar distancia de las emociones y de los conflictos recientemente sufridos. Una pausa, antes de enfrentarse al futuro para el que aún no tiene planes. 

Está recorriendo las islas griegas. En este momento, saborea un aromático café en una terraza acristalada frente al mar. La acompaña un hombre alto, atractivo y… ¡qué mirada tiene el condenado!    

Por Elsa Velasco

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