viernes, 16 de marzo de 2012

Cartas de amor (IX)

Hola, Ainhoa. Tú no me conoces, yo sí. Mucho. Muchísimo. La primera vez que te ví ya lo supe. Me dije: ésta es, la única, la mía. Y no es porque seas guapa, que lo eres, sino porque a tu mirada le falta la mía. Tienes unos ojos tristes, lindos, pero tristes.  Y estoy seguro de que, si tú te fijaras en mí, eso cambiaría. Parece que miras pero que no ves, que no me ves. Y yo me alegro de que esté ahí todos los días, y de que seas fiel a tu cita, pero siempre es lo mismo y creo que esto debe cambiar. Cuando recibas esta carta tus ojos han de brillar y yo lo notaré.

Te mando una foto mía para que te sea más fácil verme, no es muy reciente, pero estaba recordándote cuando me la hice. Sólo piensa en mí y siente que te quiero, que te quiero todos los días, que te voy a hacer feliz, lo juro, y que da igual la diferencia de edad, eso se pasa. Cuando me veas tócate despacio la mejilla.

Firmado: Carlitos
  
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Hola, Carlitos.
Me he alegrado mucho al recibir tu carta. En la foto estás muy guapo. Yo te mando una mía dedicada. Gracias por los elogios, no los merezco. Y sí, tienes razón, tengo la mirada triste. Y ¿sabes por qué? porque me falta la luz de unos ojos, pero siento decirte que no son los tuyos. Hace apenas dos años que perdí a mi niño y le echo tanto de menos que no me extraña que se me note. Pero no te preocupes por mí, estoy bien.

El día 18 estate atento, cuando finalice el telediario, al despedirme, me tocaré con suavidad la mejilla. Será por ti.

Sigue así, luchando por lo que deseas. Un beso muy fuerte.
                                                                                                      Ainhoa
Por Raquel Ferrero

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