domingo, 7 de diciembre de 2014

LA HISTORIA JAMÁS CONTADA DE LOS TRES CERDITOS Y EL LOBO

- No comas más galguerías, Godi, que vas a reventar- Le decía su hermano mayor
 Rodo (Rodolfo) a Godofredo el menor de los tres cerditos. Pero éste no le hizo ningún caso y siguió comiendo y comiendo . Su cuerpo iba engordando cada vez más, se hinchó como un globo, hasta que “¡BOOM!”, estalló llevándose por delante  la casa de Rodo,  hecha de ladrillo firme,  que saltó por los aires.
Viendo Rodo y Herme (Hermenegildo), los hermanos mayores, el percance, se les ocurrió que para cobrar el Seguro del Hogar, no podían decir la verdad. Entonces inventaron que fue el lobo quien había tirado la casa soplando.

- Pero ¿quién va a creer semejante patraña?- decía Godi.- ¿y quién iba a creer que fuiste tú comiendo? A mí me parece más creíble que fuera el lobo- replicaba Rodo.

Así que se pusieron de acuerdo y rellenaron los papeles del seguro, culpando al lobo de su tragedia.

A Herme le gustaba hacer “manualidades” y estaba construyendo un bazooka. No le funcionaba, pero encontró en el suelo un muelle, que resultó haber salido de la cabeza de Godi, se lo puso y el instrumento en cuestión se disparó explotando y saliendo por los aires la casa de Herme, que estaba hecha de madera.
Una vez más decidieron echar la culpa al lobo para cobrar el seguro.

La casa de Godi era la más pequeña. Estaba hecha de paja. Estando en ella los tres reunidos, Rodo estornudó y toda la casa se vino abajo.
Pensaron en el mismo plan: decir que fue el lobo.

Cuál fuera su sorpresa cuando al llegar el técnico del seguro del hogar, éste era el lobo en persona, quien sólo pensaba en comérselos en pepitoria, o al ajillo, o a la riojana. Así se formó un espectáculo de carreras del lobo tras de los cerditos, hasta que el lobo quedó exhausto. Los cerditos habían perdido muchos kilos en la carrera, por lo que decidieron hacerse modelos de pasarela y ganaron mucho dinero, con el que juntaron y reforzaron sus tres casas. Además pensaron en agradecérselo al lobo. Pagaron la fianza por sacarlo de la cárcel, en la que había ingresado por el supuesto caso de las casas, y le invitaron a vivir con ellos, eso sí comiendo sólo comida para perro envasada y alguna galguería de Godi.

Por Rosa Velasco

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