lunes, 17 de octubre de 2011

De seda y alquitrán

1. Seda: Agosto 1976Es por su olor. Por ese olor a frambuesa madura, a primavera desmoronándose como lo haría una mariposa que pierde el polvo mágico de las alas, a tierra mojada que parece haber  enraizado en sus manos.

Sí. Si he permitido que entre en mi vida es por la manera en que enciende los cigarrillos y expulsa el humo distraídamente , o por la cena especial de aquella noche, y el anillo de diamantes, y la pedida a la antigua usanza en casa de mis padres…

…es, creo, por todas esas veces en las que cubre mis ojos con una bufanda de seda, me obliga a dar dos vueltas sobre mí misma, y me invita a que le busque sólo con la ayuda de las manos.

2. Alquitrán: Enero 1991 (15 años después)Es por su olor. Por ese repulsivo olor a vino barato, o a una cerveza detrás de otra y de otra y de otra, o a ese humo pegajoso del tabaco negro que llena todos los rincones posibles e imposibles de su cuerpo.

Sí. Si quiero que salga de mi vida, es por la rutina que nos obliga a agarrarnos a una noria que nunca parece que  vaya a detenerse, por esas miradas de odio que se me clavan como agujas por toda la piel, o por el hueco triste de la cama que antes siempre estuvo enteramente ocupado por él…

…es, creo, porque nunca antes me había golpeado tan fuerte como lo ha hecho hoy, por la sangre goteando de mis labios, por el fuerte sabor a rabia y alquitrán que han dejado sus puños en mi boca, y que no consigo hacer que desaparezca del todo.

Si ahora lloro mientras le espero jugueteando con uno de los cuchillos grandes de la cocina, es por esta precipitada decisión de acabar con su vida antes de que él acabe con la mía.

Emilio J Isidro Babiano
a partir del binomio fantástico 'seda' y 'alquitrán'

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