martes, 31 de enero de 2012

Breves pitanzas... (II)

CUENTO POLICIAL
Rumbo a la tienda donde trabajaba como vendedor, un joven pasaba todos los días por delante de una casa en cuyo balcón una mujer bellísima leía un libro. La mujer jamás le dedicó una mirada. Cierta vez el joven oyó en la tienda a dos clientes que hablaban de aquella mujer. Decían que vivía sola, que era muy rica y que guardaba grandes sumas de dinero en su casa, aparte de las joyas y la platería. Una noche el joven, armado de ganzúa y de una linterna sorda, se introdujo sigilosamente en la casa de la mujer. La mujer despertó, empezó a gritar y el joven se vio en la penosa necesidad de matarla. Huyó sin haber podido robar ni un alfiler, pero con el consuelo de que la policía no descubriría al autor del crimen.

A la mañana siguiente, al entrar en la tienda, la policía lo detuvo. Azorado por la increíble sagacidad policial, confesó todo.

Después se enteraría de que la mujer llevaba un diario íntimo en el que había escrito
que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo y de ojos verdes, era su
amante y que esa noche la visitaría.

Marco Denevi (Cartas peligrosas y otros cuentos)

HABIA UNA VEZ [2]
Un apuesto joven llama a la puerta y le pide que se calce la más hermosa de las zapatillas. En cuanto observa que ésta se ajusta al pie perfectamente, la toma del brazo al mismo tiempo que le dice:

-Queda usted arrestada, esta zapatilla fue hallada en la escena del crimen.

Javier Quiroga G. (Tomado de El libro de la imaginación)

EL NUNCA CORRESPONDIDO AMOR DE LOS FUERTES POR LOS
DEBILES
Hasta el fin de sus días Perseo vivió en la creencia de que era un héroe porque había matado a la Gorgona, a aquella mujer terrible cuya mirada, si se cruzaba con la de un mortal, convertía a éste en una estatua de piedra.

Pobre tonto. Lo que ocurrió fue que Medusa, en cuanto lo vio de lejos, se enamoró de él. Nunca le había sucedido antes. Todos los que, atraídos por su belleza, se habían acercado y la habían mirado en los ojos, quedaron petrificados. Pero ahora Medusa, enamorada a su vez, decidió salvar a Perseo de la petrificación. Lo quería vivo, ardiente y frágil, aun al precio de no poder mirarlo. Bajó, pues, los párpados. Funesto error el de esta Gorgona de ojos cerrados: Perseo se aproximará y le cortará la cabeza.

Marco Denevi (Falsificaciones)

LAS VIRGENES PRUDENTES
Requerida de amores por un pastor y por el rey Salomón, la Sulamita no duda. Alguna boba, borracha de romanticismo, habría elegido al pastor y, transcurrida la luna de  miel, hubiese empezado a soñar con el rey Salomón. Ese sueño dorado terminaría por estropearle la vida junto al pastor. En cambio la Sulamita opta por el rey Salomón y después, cuando sueña con
el pastor, ese sueño de contigo pan y cebolla la enaltece ante sus propios ojos.

Marco Denevi (Falsificaciones)

LA TORTUGA Y LA LIEBRE
Esta fábula la han contado desde los sofistas hasta Samaniego, pasando por Lewis Carroll, Kafka y Lord Dunsany, quien lo hizo tan bien o mejor que sus predecesores. En su fábula irlandesa la tortuga tenaz gana como siempre a la indolente liebre. Pero durante la celebración del triunfo del quelonio sobre el roedor se declara un incendio voraz en el bosque y se decide, por consenso animal, enviar a buscar a los imprescindibles bomberos con el cuadrúpedo más veloz.

Como se pude leer arriba, no hay por que contar de nuevo esta fábula.

Moraleja: No intentes siquiera hacer lo que otros han hecho muy bien antes, a no ser que puedas hacerlo mejor que Lord Dunsany.

Guillermo Cabrera Infante (Exorcisnos de esti(l)o)

OPUS 8
Júrenos que si despierta, no se la va a llevar -pedía de rodillas uno de los enanitos al príncipe, mientras éste contemplaba el hermoso cuerpo en el sarcófago de cristal-. Mire que, desde que se durmió, no tenemos quien nos lave la ropa, nos la planche, nos limpie la casa y nos cocine.

Armando José Sequera (Escena de un Spaguetti Western)

LA BUSQUEDA
Esas sirenas enloquecidas que aúllan recorriendo la ciudad en busca de Ulises.

Edmundo Valadés (De bolsillo)

EL TRABAJO N° 13 DE HERCULES
Según el apócrifo Apolodoro de la Biblioteca, “Hércules se hospedó durante cincuenta días en casa de un tal Tespio, quien era padre de cincuenta hijas a  todas la cuales, una por una, fue poniendo en el lecho del héroe porque quería que éste le diese nietos que heredasen su fuerza. Hércules, creyendo que eran siempre la misma, las amó a todas”. El pormenor que Apolodoro ignora o pasa por alto es que las cincuenta hijas de Tespio eran vírgenes. Hércules, corto de entendederas como todos los forzudos, siempre creyó que el más arduo de sus
trabajos había sido desflorar a la única hija de Tespio.

Marco Denevi (Falsificaciones)

Las mentes son como los relojes: no las más finas las que fácilmente se descomponen, las que acogen a ciegas cualquier necia moda que las apasiona y las saca de tino.

Julio Torri (Tres libros)

EL BURRO Y LA FLAUTA
Tirada en el campo estaba desde hacía tiempo una Flauta que ya nadie tocaba, hasta que un día un Burro que paseaba por ahí resopló fuerte sobre ella haciéndola producir  el sonido más dulce de su vida, es decir, de la vida del Burro y de la Flauta. 

Incapaces de comprender lo que había pasado, pues la racionalidad no era su fuerte y ambos creían en la racionalidad, se separaron presurosos, avergonzados de lo mejor que el uno y el otro habían hecho durante su triste existencia.

Augusto Monterroso (La oveja negra y demás fábulas)

MEMORIAS DE JUAN CHARRASQUEADO
-Yo no lo maté: él solito se le atravesó a la bala.

José Emilio Pacheco (La sangre de Medusa)

LA FAMA
El poeta la vio pasar, aprisa; y aprisa corrió tras ella y se quejó:

-¿Y nada para mí? A tantos poetas que valen menos ya los has distinguido: ¿y
a mí cuándo?

La Fama, sin detenerse, miró al poeta por encima del hombro y contestó
sonriéndole mientras apresuraba la carrera:

-Exactamente dentro de dos años, a las cinco de la tarde, en la Biblioteca de la
Facultad de Filosofía y Letras, un joven periodista abrirá el primer libro que
publicaste y empezará a tomar notas para un estudio consagratorio. Te
prometo que allí estaré.
-¡Ah, te lo agradeceré mucho!
-Agradécemelo ahora, porque dentro de dos años ya no tendrás voz.

Enrique Anderson-Imbert (El gato de Cheshire)

EL ZORRO ES MAS SABIO
Un día que el Zorro estaba muy aburrido y hasta cierto punto melancólico y sin dinero, decidió convertirse en escritor, cosa a la cual se dedicó inmediata mente, pues odiaba ese tipo de personas que dice voy a hacer esto o lo otro y nunca lo hacen.

Su primer libro resultó muy bueno, un éxito; todo el mundo lo aplaudió, y pronto fue traducido (a veces no muy bien) a los más diversos idiomas. El segundo fue todavía mejor que el primero, y varios profesores norteamericanos de lo más granado del mundo académico de aquellos remotos días lo comentaron con entusiasmo y aun escribieron libros sobre los libros que hablaban de los libros del Zorro. Desde ese momento el Zorro se dio con razón satisfecho, y pasaron los años y no publicaba otra cosa. Pero los demás empezaron a murmurar y a repetir “¿Qué pasa con el Zorro?”, y cuando lo encontraban en los cocteles puntualmente se le acercaban a decirle tiene usted que publicar más.

-Pero si ya he publicado dos libros -respondía él con cansancio.
-Y muy buenos -le contestaban-; por eso mismo tiene usted que publicar otro.

El Zorro no lo decía, pero pensaba: “En realidad lo que éstos quieren es que yo
publique un libro malo; pero como soy el Zorro, no lo voy a hacer.”

Y no lo hizo.

Augusto Monterroso (La oveja negra y demás fábulas)

PENSAMIENTOS DEL SEÑOR PEROGRULLO
Pobre pero honrado. ¿No deberían decirlo los ricos? Rico pero honrado.

Marco Denevi (Falsificaciones)

INSTRUCCIONES PARA LLORAR
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)

SI EL DICCIONARIO MANUAL E ILUSTRADO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA, LIMPIARA, FIJARA Y DIERA ESPLENDOR A LA MUJER TAL COMO DEFINE AL PERRO, EN LA EDICION DE ESPASA- CALPE DE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA EN LA PAGINA MIL CIENTO SETENTA Y TRES...
MUJER. f. Mamífero omnívoro doméstico, de tamaño, forma y piel muy diversos, según las razas, pero siempre con las mamas más pequeñas que las nalgas, las cuales suele asentar la hembra para orinar. Tiene oído muy fino y es inteligente y muy leal al hombre.//

Guillermo Cabrera Infante (Exorcismos de esti(l)o)

CONSERVACION DE LOS RECUERDOS
Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala con un cartelito que dice: Excursión a Quilmes, o: Frank Sinatra.

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuan do pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y dicen: No vayas a lastimarte, y también: Cuidado con los escalones. Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)

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