lunes, 16 de enero de 2012

Nuevas especialidades sanitarias

-Señorita, ¿me puede atender, por favor?
-Un momento, póngase en la fila, ahora le atiendo.
-Es sólo una pregunta…
-Ya me imagino, ¿para qué se cree que están esperando los demás? ¿Para pedirme un autógrafo?
-¡Oiga, a mi usted no me falta el respeto!
-El respeto nos lo está faltando usted a nosotros que llevamos aquí ya un buen rato
-dice la señora oronda que está con su marido en la fila de Información.
-Yo no me quiero colar, no me hace falta, yo sólo quiero saber dónde está la consulta del eurólogo.
-Será el neurólogo, el de la cabeza -le pregunta la señorita del mostrador.
-Oiga, yo no estoy mal de la cabeza y le digo que vengo al eurólogo, ¿o es que me está diciendo que no sé a dónde vengo?
-Bueno, venga, enséñeme los papeles,
-¿Qué papeles?
-El volante del médico.
-A mi no me han dado ningún papel, sólo me han llamando y me han dicho que venga hoy a las 11,30.
-¿Al neurólogo?
-No, ya le he dicho que vengo al eurólogo.
-Mire, esa especialidad no existe, ¿puede ser el urólogo, el de la próstata?
-Que no, hombre, que no.
-Bueno, pues dígame por qué viene al médico, qué le duele.
-A mi me duele todo.
-Bueno, pero algo le dolerá más, ¿no?
-Mire, a usted no tengo por qué decirle lo que me duele, usted dígame donde está el eurólogo y punto.
-¡Pero bueno, encima de que se cuela, se enrolla! Acabe ya o póngase a la cola. Seguro que viene al de la cabeza porque no se entera de nada -apunta la señora oronda.
-¡A mi no me dice usted eso, tía gorda asquerosa! -grita el señor acercándose a su cara.
-¡Pepe, mira lo que me ha dicho este viejo descerebrado!
-A mi no me metas, Juana, que has empezado tú primero.  Mejor  miramos el cartelito a ver si dice dónde está el humólogo.

Por Raquel Ferrero

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