miércoles, 25 de enero de 2012

Condumio de hiperbreves (I)

AUGUSTO MONTERROSO:
“Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho".
La Oveja negra y demás fábulas, 1969
 
ALEJANDRO JODOROWSKI:  
"El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante mismo supo que era inmortal, porque la muerte sólo existe en la mirada del otro".

JOSÉ DE LA COLINA:
“Ardiente” (35 palabras)
¿Quieres soplarme en este ojo? -me dijo ella-. Algo se me metió en él que me molesta.
Le soplé en el ojo y vi su pupila encenderse como una brasa que acechara entre cenizas.
 
EUSEBIO RUVALCABA:
“El melómano”
Compra discos, lee biografías de músicos, colecciona programas de mano. Por sus venas circula música. Y muchas veces ama aun más la música que los propios músicos. Pero llora en vez de tocar.
 
ADOLFO BIOY CASARES:
“Post-operatorio”
-Fueran cuales fueran los resultados -declaró el enfermo, tres días después de la operación- la actual terapéutica me parece muy inferior a la de los brujos, que sanaban con encantamientos y con bailes.
 “Para un tesoro de sabiduría popular” (33 palabras)
Me dice la tucumana: “Si te pica una araña, mátala en el acto. Igual distancia recorrerán la araña desde la picadura y el veneno hacia tu corazón”.
 
JAIRO ANÍBAL NIÑO:
“Cuento de arena” (33 palabras)
Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y con los pies hundidos en la arena, todos comprendieron que durante treinta largos años habían estado viviendo en un espejismo.
 
JAIRO ANÍBAL NIÑO:
“Fundición y forja” (33 palabras)
Todo se imaginó Superman, menos que caería derrotado en aquella playa caliente y que su cuerpo fundido, serviría después para hacer tres docenas de tornillos de acero, de regular calidad.
 
POLI DÉLANO (Chile):
“A primera vista” (32 palabras)
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
 
MÓNICA LAVÍN (México): “Motivo literario” (32 palabras)
Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas.
Retazos, 1996

JULIO CORTÁZAR (Argentina): “Amor 77” (31 palabras)
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
Un tal Lucas, 1979 
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Don Quijote cuerdo” (31 palabras)
El único momento en que Sancho Panza no dudó de la cordura de don Quijote fue cuando lo nombraron (a él, a Sancho) gobernador de la ínsula Barataria.
Parque de diversiones, 1970 
 
ANA MARÍA SHUA (Argentina): “69” (30 palabras)
Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.
La sueñera, 2ª ed., 1996 
 
ALEJANDRO JODOROWSKI (México): 
“Misterios del tiempo” (30 palabras)
Cuando el viajero miró hacia atrás y vio que el camino estaba intacto, se dio cuenta de que sus huellas no lo seguían, sino que lo precedían.
 
CÉSAR ANTONIO ALURRALDE (Argentina): “El sillón” (29 palabras)
Se lo pasaba sentado todo el día, su trabajo al menos así lo exigía. Sólo fue necesario un impulso de sus manos en el sillón de ruedas.
 
ALEJANDRA BASUALTO (Chile): “Rosas” (29 palabras)
Soñabas con rosas envueltas en papel de seda para tus aniversarios de boda, pero él jamás te las dio. Ahora te las lleva todos los domingos al panteón.
La mujer de yeso, 1988
  
PÍA BARROS (Chile): “Trece” (28 palabras)
Me encantas, bruja, en tu vuelo nocturno. Así le dijo, lo que siempre había querido escuchar. Pero siguió de largo. Era el día de los malos augurios.
A horcajadas, 1990
 
JOSÉ DE LA COLINA (México): “La culta dama” (28 palabras)
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”.
    —Ah, es una delicia —me respondió—, ya estoy leyéndolo.
 
MIGUEL GÓMES (Venezuela): “Cotidiana” (27 palabras)
Tras una discusión, coloqué a mi mujer sobre la mesa, la planché y me la vestí. No me sorprendió que resultara muy parecida a un hábito.
Visión memorable, 1987
 
JORGE LUIS BORGES (Argentina): “El adivino” (26 palabras)
En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será reprobado...
 
RODOLFO MODERN (Argentina): “Del ejercicio del poder” (26 palabras)
Cuando F’ang, el conductor, se sentía fatigado tras una dura jornada de labor, descansaba tres años. Y con él todo el reino.
El libro del señor de Wu, 1980
 
EDMUNDO VALADÉS (México): “Pobreza” (26 palabras)
Los senos de aquella mujer, que sobrepasaban pródigamente a los de una Jane Mansfield, le hacían pensar en la pobreza de tener únicamente dos manos.
 
JAIME VALDIVIESO (Chile): “Cordero de Dios” (26 palabras)
- ¿Por qué vas a matarme? ¿No sabes acaso que soy el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo?
-Precisamente por eso.
 
JUAN JOSÉ ARREOLA (México): “Ágrafa musulmana en papiro de oxyrrinco” (25 palabras)
Estabas a ras de tierra y no te vi. Tuve que cavar hasta el fondo de mí para encontrarte.
Obras de Juan José Arreola, 1972 
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Tú y yo” (25 palabras)
Leímos todo cuanto había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor.
Parque de diversiones, 1970 
 
ARMANDO JOSÉ SEQUERA (Venezuela): “Una sola carne” (25 palabras)
Tan pronto el sacerdote concluyó la frase …y formaréis una sola carne, el novio, excitado, se lanzó a devorar a la novia.
 
DAVID LAGMANOVICH (Argentina): “Equívoco” (25 palabras)
Era ciego y caminaba por la calle Florida con un bastón blanco, apoyado en el brazo de una robusta criada, pero no era Borges.
La hormiga escritora, 2004
 
CARMEN LEÑERO (México): [Sin título] (25 palabras)
La empatía entre los cuerpos lleva a una inercia de imitación: cuando salíamos apresurados del hotel, a media tarde, traías uno de mis aretes puesto.
Birlibirloque, 1987
 
JOSÉ MARÍA MERINO (España): “Cien” (25 palabras)
Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. “Te noto mala cara”, le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina.
 
RENÉ AVILÉS FABILA (México): “Euclideana” (24 palabras)
En una ciudad actual la distancia más corta entre dos puntos no es la recta: es el zigzag que nos evita los semáforos .
 
TRIUNFO ARCINIEGAS (Colombia): “Pequeños cuerpos” (24 palabras)
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron.
 
JOSÉ DE LA COLINA (México): “Una mecenas” (24 palabras)
La hermosa y sensual señora se acostaba con los jóvenes escritores nacionales para mejorar la calidad de la nueva literatura erótica mexicana.
 
MARCO DENEVI (Argentina): [Sin título] (24 palabras)
Lo sé -decía el escritor honrado-. He escrito la mitad de lo que quería escribir y publicado el doble de lo que debí publicar.
Parque de diversiones, 1970
 
ALEJANDRO JODOROWSKI (México): “Calidad y cantidad” (24 palabras)
No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.
Sombras al mediodía, 1995
 
ANA MARÍA MOPTY DE KIORCHEFF (Argentina): “Las alas” (24 palabras)
Tres veces soñó que le ponían alas; se propuso no soñar como niño o como beata, y se fue, dormido, sin alas.
Microrrelatos, 1998
 
LUISA VALENZUELA (Argentina): “Escribir” (24 palabras)
Escribir escribir y escribir sin ton ni son es ejercicio de ablande. En cambio el psicoanálisis no, el psicoanálisis es ejercicio de hablande.
Libro que no muerde, 1980
 
LUIS MATEO DÍEZ (España): “El sueño” (23 palabras)
Soñé que un niño me comía. Desperté sobresaltado. Mi madre me estaba lamiendo. El rabo todavía me tembló durante un rato.
 
JUAN JOSÉ ARREOLA: “El mundo” (23 palabras)
Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.
 
ADOLFO BIOY CASARES (Argentina): “Gran final” (23 palabras)
El viejo literato dijo a la muchacha que en el momento de morir él quería tener un último recuerdo de lujuria.
Guirnalda con amores, 1959
 
MARCO DENEVI (Argentina): “El Cid y Jimena” (23 palabras)
Se amaron después de tantas dificultades que en el lecho nupcial les pareció que amarse no valía gran cosa.
Parque de diversiones, 1970
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Monólogo de Calígula” (23 palabras)
Si yo, el primero de todos, soy lo que soy (una bazofia), ¿qué puedo esperar del resto de los romanos?
Falsificaciones, 1969 
 
FELIPE GARRIDO (México): “Fracaso” (23 palabras)
Subir al tercer piso le toma cincuenta y ocho segundos. Decide terminar. Abre la puerta. Naufraga en sus ojos, color de miel.
 
ORLANDO ENRIQUE VAN BREDAM (Argentina): “Las últimas noticias” (23 palabras)
Serán aquellas que escucharemos o leeremos poco antes de morir, poco antes de convertirnos, también nosotros, en una mala noticia.
La vida te cambia los planes, 1994
 
GONZALO CELORIO (México): “Mercado” (22 palabras)
Señora, si usted tuviera idea de mi soledad, no me exigiría que comprara cinco pesos de perejil: me vendería diez centavos.
 
ORLANDO ENRIQUE VAN BREDAM (Argentina): “Derecho” (22 palabras)
-Yo te voy a sacar derecho, mocoso -le dijo mi vecina al hijo y le dobló la espalda con los golpes.
Las armas que carga el diablo, 1996
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Paolo y Francesca” (21 palabras)
El Infierno se les antoja un Paraíso porque al menos están exonerados del tormento de callar su amor.
Parque de diversiones, 1970
 
LUIS FELIPE HERNÁNDEZ (México): “Escena conyugal” (21 palabras)
Lanzaba con presteza uno tras otro los cuchillos a su mujer, quien los recibía con el trapo para secarlos.
 
ORLANDO ENRIQUE VAN BREDAM (Argentina): “Preocupación” (21 palabras)
—No se preocupe. Todo saldrá bien —dijo el Verdugo.
—Eso es lo que me preocupa —respondió el Condenado a muerte.
La vida te cambia los planes, 1994
 
RENÉ AVILÉS FABILA (México): “El harén de un tímido” (20 palabras)
Como temía decirles que no, opté por conservar a todas las mujeres que he amado.
Cuentos de hadas amorosas, 1990
 
GUILLERMO CABRERA INFANTE (Cuba): “Dolores zeugmáticos” (20 palabras)
Salió por la puerta y de mi vida, llevándose con ella mi amor y su larga cabellera negra.
Exorcismos de estilo, 1967

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