martes, 31 de enero de 2012

Breves pitanzas... (II)

CUENTO POLICIAL
Rumbo a la tienda donde trabajaba como vendedor, un joven pasaba todos los días por delante de una casa en cuyo balcón una mujer bellísima leía un libro. La mujer jamás le dedicó una mirada. Cierta vez el joven oyó en la tienda a dos clientes que hablaban de aquella mujer. Decían que vivía sola, que era muy rica y que guardaba grandes sumas de dinero en su casa, aparte de las joyas y la platería. Una noche el joven, armado de ganzúa y de una linterna sorda, se introdujo sigilosamente en la casa de la mujer. La mujer despertó, empezó a gritar y el joven se vio en la penosa necesidad de matarla. Huyó sin haber podido robar ni un alfiler, pero con el consuelo de que la policía no descubriría al autor del crimen.

A la mañana siguiente, al entrar en la tienda, la policía lo detuvo. Azorado por la increíble sagacidad policial, confesó todo.

Después se enteraría de que la mujer llevaba un diario íntimo en el que había escrito
que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo y de ojos verdes, era su
amante y que esa noche la visitaría.

Marco Denevi (Cartas peligrosas y otros cuentos)

HABIA UNA VEZ [2]
Un apuesto joven llama a la puerta y le pide que se calce la más hermosa de las zapatillas. En cuanto observa que ésta se ajusta al pie perfectamente, la toma del brazo al mismo tiempo que le dice:

-Queda usted arrestada, esta zapatilla fue hallada en la escena del crimen.

Javier Quiroga G. (Tomado de El libro de la imaginación)

EL NUNCA CORRESPONDIDO AMOR DE LOS FUERTES POR LOS
DEBILES
Hasta el fin de sus días Perseo vivió en la creencia de que era un héroe porque había matado a la Gorgona, a aquella mujer terrible cuya mirada, si se cruzaba con la de un mortal, convertía a éste en una estatua de piedra.

Pobre tonto. Lo que ocurrió fue que Medusa, en cuanto lo vio de lejos, se enamoró de él. Nunca le había sucedido antes. Todos los que, atraídos por su belleza, se habían acercado y la habían mirado en los ojos, quedaron petrificados. Pero ahora Medusa, enamorada a su vez, decidió salvar a Perseo de la petrificación. Lo quería vivo, ardiente y frágil, aun al precio de no poder mirarlo. Bajó, pues, los párpados. Funesto error el de esta Gorgona de ojos cerrados: Perseo se aproximará y le cortará la cabeza.

Marco Denevi (Falsificaciones)

LAS VIRGENES PRUDENTES
Requerida de amores por un pastor y por el rey Salomón, la Sulamita no duda. Alguna boba, borracha de romanticismo, habría elegido al pastor y, transcurrida la luna de  miel, hubiese empezado a soñar con el rey Salomón. Ese sueño dorado terminaría por estropearle la vida junto al pastor. En cambio la Sulamita opta por el rey Salomón y después, cuando sueña con
el pastor, ese sueño de contigo pan y cebolla la enaltece ante sus propios ojos.

Marco Denevi (Falsificaciones)

LA TORTUGA Y LA LIEBRE
Esta fábula la han contado desde los sofistas hasta Samaniego, pasando por Lewis Carroll, Kafka y Lord Dunsany, quien lo hizo tan bien o mejor que sus predecesores. En su fábula irlandesa la tortuga tenaz gana como siempre a la indolente liebre. Pero durante la celebración del triunfo del quelonio sobre el roedor se declara un incendio voraz en el bosque y se decide, por consenso animal, enviar a buscar a los imprescindibles bomberos con el cuadrúpedo más veloz.

Como se pude leer arriba, no hay por que contar de nuevo esta fábula.

Moraleja: No intentes siquiera hacer lo que otros han hecho muy bien antes, a no ser que puedas hacerlo mejor que Lord Dunsany.

Guillermo Cabrera Infante (Exorcisnos de esti(l)o)

OPUS 8
Júrenos que si despierta, no se la va a llevar -pedía de rodillas uno de los enanitos al príncipe, mientras éste contemplaba el hermoso cuerpo en el sarcófago de cristal-. Mire que, desde que se durmió, no tenemos quien nos lave la ropa, nos la planche, nos limpie la casa y nos cocine.

Armando José Sequera (Escena de un Spaguetti Western)

LA BUSQUEDA
Esas sirenas enloquecidas que aúllan recorriendo la ciudad en busca de Ulises.

Edmundo Valadés (De bolsillo)

EL TRABAJO N° 13 DE HERCULES
Según el apócrifo Apolodoro de la Biblioteca, “Hércules se hospedó durante cincuenta días en casa de un tal Tespio, quien era padre de cincuenta hijas a  todas la cuales, una por una, fue poniendo en el lecho del héroe porque quería que éste le diese nietos que heredasen su fuerza. Hércules, creyendo que eran siempre la misma, las amó a todas”. El pormenor que Apolodoro ignora o pasa por alto es que las cincuenta hijas de Tespio eran vírgenes. Hércules, corto de entendederas como todos los forzudos, siempre creyó que el más arduo de sus
trabajos había sido desflorar a la única hija de Tespio.

Marco Denevi (Falsificaciones)

Las mentes son como los relojes: no las más finas las que fácilmente se descomponen, las que acogen a ciegas cualquier necia moda que las apasiona y las saca de tino.

Julio Torri (Tres libros)

EL BURRO Y LA FLAUTA
Tirada en el campo estaba desde hacía tiempo una Flauta que ya nadie tocaba, hasta que un día un Burro que paseaba por ahí resopló fuerte sobre ella haciéndola producir  el sonido más dulce de su vida, es decir, de la vida del Burro y de la Flauta. 

Incapaces de comprender lo que había pasado, pues la racionalidad no era su fuerte y ambos creían en la racionalidad, se separaron presurosos, avergonzados de lo mejor que el uno y el otro habían hecho durante su triste existencia.

Augusto Monterroso (La oveja negra y demás fábulas)

MEMORIAS DE JUAN CHARRASQUEADO
-Yo no lo maté: él solito se le atravesó a la bala.

José Emilio Pacheco (La sangre de Medusa)

LA FAMA
El poeta la vio pasar, aprisa; y aprisa corrió tras ella y se quejó:

-¿Y nada para mí? A tantos poetas que valen menos ya los has distinguido: ¿y
a mí cuándo?

La Fama, sin detenerse, miró al poeta por encima del hombro y contestó
sonriéndole mientras apresuraba la carrera:

-Exactamente dentro de dos años, a las cinco de la tarde, en la Biblioteca de la
Facultad de Filosofía y Letras, un joven periodista abrirá el primer libro que
publicaste y empezará a tomar notas para un estudio consagratorio. Te
prometo que allí estaré.
-¡Ah, te lo agradeceré mucho!
-Agradécemelo ahora, porque dentro de dos años ya no tendrás voz.

Enrique Anderson-Imbert (El gato de Cheshire)

EL ZORRO ES MAS SABIO
Un día que el Zorro estaba muy aburrido y hasta cierto punto melancólico y sin dinero, decidió convertirse en escritor, cosa a la cual se dedicó inmediata mente, pues odiaba ese tipo de personas que dice voy a hacer esto o lo otro y nunca lo hacen.

Su primer libro resultó muy bueno, un éxito; todo el mundo lo aplaudió, y pronto fue traducido (a veces no muy bien) a los más diversos idiomas. El segundo fue todavía mejor que el primero, y varios profesores norteamericanos de lo más granado del mundo académico de aquellos remotos días lo comentaron con entusiasmo y aun escribieron libros sobre los libros que hablaban de los libros del Zorro. Desde ese momento el Zorro se dio con razón satisfecho, y pasaron los años y no publicaba otra cosa. Pero los demás empezaron a murmurar y a repetir “¿Qué pasa con el Zorro?”, y cuando lo encontraban en los cocteles puntualmente se le acercaban a decirle tiene usted que publicar más.

-Pero si ya he publicado dos libros -respondía él con cansancio.
-Y muy buenos -le contestaban-; por eso mismo tiene usted que publicar otro.

El Zorro no lo decía, pero pensaba: “En realidad lo que éstos quieren es que yo
publique un libro malo; pero como soy el Zorro, no lo voy a hacer.”

Y no lo hizo.

Augusto Monterroso (La oveja negra y demás fábulas)

PENSAMIENTOS DEL SEÑOR PEROGRULLO
Pobre pero honrado. ¿No deberían decirlo los ricos? Rico pero honrado.

Marco Denevi (Falsificaciones)

INSTRUCCIONES PARA LLORAR
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)

SI EL DICCIONARIO MANUAL E ILUSTRADO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA, LIMPIARA, FIJARA Y DIERA ESPLENDOR A LA MUJER TAL COMO DEFINE AL PERRO, EN LA EDICION DE ESPASA- CALPE DE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA EN LA PAGINA MIL CIENTO SETENTA Y TRES...
MUJER. f. Mamífero omnívoro doméstico, de tamaño, forma y piel muy diversos, según las razas, pero siempre con las mamas más pequeñas que las nalgas, las cuales suele asentar la hembra para orinar. Tiene oído muy fino y es inteligente y muy leal al hombre.//

Guillermo Cabrera Infante (Exorcismos de esti(l)o)

CONSERVACION DE LOS RECUERDOS
Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala con un cartelito que dice: Excursión a Quilmes, o: Frank Sinatra.

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuan do pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y dicen: No vayas a lastimarte, y también: Cuidado con los escalones. Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)

jueves, 26 de enero de 2012

Breves pitanzas...

EL NACIMIENTO DE LA COL
En el paraíso terrenal, en el día luminoso en que las flores fueron creadas, y antes de que Eva fuese tentada por la serpiente, el maligno espíritu se acercó a la más linda rosa nueva en el momento en que ella tendía, a la caricia del celeste sol, la roja virginidad de sus labios.



-Eres bella.
-Lo soy, dijo la rosa.
-Bella y feliz -prosiguió el diablo-. Tienes el color, la gracia y el aroma.
Pero...
Pero?...
-No eres útil. ¿No miras esos altos árboles llenos de bellotas? Esos, a más de ser frondosos, dan alimento a muchedumbres de seres animados que se detienen bajo sus ramas. Rosa, ser bella es poco...


La rosa entonces -tentada como después lo sería la mujer- deseó la utilidad, de tal modo que hubo palidez en su púrpura.
Pasó el buen Dios después del alba siguiente.

-Padre -dijo aquella princesa floral, temblando en su perfumada belleza-, ¿queréis hacerme útil?
-Sea, hija mía -contestó el Señor sonriendo.

Y entonces vio el mundo la primera col.



Rubén Darío (Cuentos completos)
TRAGEDIAMaría Olga es una mujer encantadora. Especialmente la parte que se llama Olga.
Se casó con un mocetón grande y fornido, un poco torpe, lleno de ideas honoríficas, reglamentadas como árboles de paseo.
Pero la parte que ella casó era su parte que se llamaba María. Su parte Olga permanecía soltera y luego tomó un amante que vivía en adoración ante sus ojos.

Ella no podía comprender que su marido se enfureciera y le reprochara infidelidad. María era fiel, perfectamente fiel. ¿Qué tenía él que,meterse con Olga? Ella no comprendía que él no comprendiera. María cumplía con su deber, la parte Olga adoraba a su amante. ¿Era ella culpable de tener un nombre doble y de las consecuencias que esto puede traer consigo?
Así, cuando el marido cogió el revólver, ella abrió los ojos enormes, no asustados sino llenos de asombro, por no poder entender un gesto tan absurdo.


Pero sucedió que el marido se equivocó y mató a María, a la parte suya, en vez de matar a la otra. Olga continuó viviendo en brazos de su amante, y creo que aún sigue feliz, muy feliz, sintiendo sólo que es un poco zurda.


Vicente Huidobro (Obras completas. Tomado de: Brevísima relación)

 

EL MANDARIN
Yo había perdido la gracia del emperador de China. No podía dirigirme a los ciudadanos sin advertirles de modo explícito mi degradación.
Un rival me acusó de haberme sustraído a la visita de mis padres cuando pulsaron el tímpano colocado a la puerta de mi audiencia.


Mis criados me negaron a los dos ancianos, caducos y desdentados, y los despidieron a palos.
Yo me prosterné a los pies del emperador cuando bajaba a su jardín por la escalera de granito. Recuperé el favor comparando su rostro al de la luna.
Me confió el debelamiento y el gobierno de un distrito lejano, en donde habían sobrevenido desórdenes. Aproveché la ocasión de probar mi fidelidad.
La miseria había soliviantado a los nativos. Agonizaban de hambre en compañía de sus perros furiosos. Las mujeres abandonaban sus criaturas a unos cerdos horripilantes. No era posible roturar el suelo sin provocar la salida y la difusión de miasmas pestilentes. Aquellos seres lloraban en el nacimiento de un hijo y ahorraban escrupulosamente para comprarse un ataúd.
Yo restablecí la paz descabezando a los hombres y vendiendo sus cráneos para amuletos. Mis soldados cortaron después las manos de las mujeres.
El emperador me honró con su visita, me subió algunos grados en su privanza y me prometió la perdición de mis émulos.
Sonrió dichosamente al mirar los brazos de las mujeres convertidos en bastones.

Las hijas de mis rivales salieron a mendigar por los caminos.

José Antonio Ramos Sucre (Las formas del fuego)

CUENTO CUBANO
Una mujer. Encinta. En un pueblo de campo. Grave enfermedad: tifus, tétanos, influenza,' también llamada trancazo. Al borde de la tumba. Ruegos a Dios, a Jesús y a todos los santos. No hay cura. Promesa a una virgen propicia: si salvo, Santana, pondré tu nombre Ana a la criaturita que llevo en mis entrañas. Cura inmediata. Pero siete meses más tarde en vez de una niña nace un niño. Dilema. La madre decide cumplir su promesa, a toda costa. Sin embargo, para atenuar el golpe y evitar chacotas deciden todos tácitamente llamar al niño Anito.


Guillermo Cabrera Infante (Exorcismos de estilo)

 

TABÚ
El ángel de la guarda le susurra a Fabián, por detrás del hombro:

-¡Cuidado, Fabián! Está dispuesto que mueras en cuanto pronuncies la palabra zangolotino.
-¿Zangolotino? -pregunta Fabián azorado.

Y muere.
Enrique Anderson-Imbert (Las pruebas del caos)

 

HABIA UNA VEZ [1]
Había una vez un cuento de nunca acabar que también empezaba así: Había una vez...


José Emilio Pacheco (La sangre de Medusa)

DOLORES ZEUGMATICOS
Salió por la puerta y de mi vida, llevándose con ella mi amor y su larga cabellera
negra.


Guillermo Cabrera Infante (Exorcismos de estilo)

VENGANZA
Empezó con un ligero y tal vez accidental roce de dedos en los senos de ella. Luego un abrazo y el mirarse sorprendidos. ¿Por qué ellos? ¿Qué oscuro designio los obligaba a reconocerse de pronto? Después largas noches y soleados días en inacabable y frenética fiebre. Cuando a ella se le notaron los síntomas del embarazo, el padre enfurecido gritó:

-Venganza.

Buscó la escopeta, llamó a su hijo y se la entregó diciéndole:

-Lavarás con sangre la afrenta al honor de tu hermana.

Él ensilló el caballo moro y se marchó del pueblo, escopeta al hombro. En sus ojos no brillaba la sed de venganza pero sí la tristeza del nunca regresar.


Ednodio Quintero (La muerte viaja a caballo)

OFICIO NARRATIVO
Siempre he querido escribir una gran novela. La historia de un hombre que se despierta y va al espejo y ve su rostro insípido, simple, animal. La historia de la historia de un hombre en un espejo tan profundo como la gloria de una ballena muerta.


Entonces me levanto, decidido a escribir, voy al baño y ¡ah! un espejo.


Alberto Barrera (Edición de lujo)
EL SAPO
Salta de vez en cuando, sólo para probar su radical estático. El salto tiene algo de latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón.


Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en el invierno como una lamentable crisálida. Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se ha operado en él, es más sapo que nunca, en su profunda desecación. Aguarda en silencio las primeras lluvias.
Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como un corazón tirado al suelo. En su actitud de esfinge hay una secreta proposición de canje, y la fealdad del sapo aparece ante nosotros con una abrumadora cualidad de espejo.
Juan José Arreola (Bestiario)

miércoles, 25 de enero de 2012

Condumio de hiperbreves (I)

AUGUSTO MONTERROSO:
“Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho".
La Oveja negra y demás fábulas, 1969
 
ALEJANDRO JODOROWSKI:  
"El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante mismo supo que era inmortal, porque la muerte sólo existe en la mirada del otro".

JOSÉ DE LA COLINA:
“Ardiente” (35 palabras)
¿Quieres soplarme en este ojo? -me dijo ella-. Algo se me metió en él que me molesta.
Le soplé en el ojo y vi su pupila encenderse como una brasa que acechara entre cenizas.
 
EUSEBIO RUVALCABA:
“El melómano”
Compra discos, lee biografías de músicos, colecciona programas de mano. Por sus venas circula música. Y muchas veces ama aun más la música que los propios músicos. Pero llora en vez de tocar.
 
ADOLFO BIOY CASARES:
“Post-operatorio”
-Fueran cuales fueran los resultados -declaró el enfermo, tres días después de la operación- la actual terapéutica me parece muy inferior a la de los brujos, que sanaban con encantamientos y con bailes.
 “Para un tesoro de sabiduría popular” (33 palabras)
Me dice la tucumana: “Si te pica una araña, mátala en el acto. Igual distancia recorrerán la araña desde la picadura y el veneno hacia tu corazón”.
 
JAIRO ANÍBAL NIÑO:
“Cuento de arena” (33 palabras)
Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y con los pies hundidos en la arena, todos comprendieron que durante treinta largos años habían estado viviendo en un espejismo.
 
JAIRO ANÍBAL NIÑO:
“Fundición y forja” (33 palabras)
Todo se imaginó Superman, menos que caería derrotado en aquella playa caliente y que su cuerpo fundido, serviría después para hacer tres docenas de tornillos de acero, de regular calidad.
 
POLI DÉLANO (Chile):
“A primera vista” (32 palabras)
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
 
MÓNICA LAVÍN (México): “Motivo literario” (32 palabras)
Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas.
Retazos, 1996

JULIO CORTÁZAR (Argentina): “Amor 77” (31 palabras)
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
Un tal Lucas, 1979 
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Don Quijote cuerdo” (31 palabras)
El único momento en que Sancho Panza no dudó de la cordura de don Quijote fue cuando lo nombraron (a él, a Sancho) gobernador de la ínsula Barataria.
Parque de diversiones, 1970 
 
ANA MARÍA SHUA (Argentina): “69” (30 palabras)
Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.
La sueñera, 2ª ed., 1996 
 
ALEJANDRO JODOROWSKI (México): 
“Misterios del tiempo” (30 palabras)
Cuando el viajero miró hacia atrás y vio que el camino estaba intacto, se dio cuenta de que sus huellas no lo seguían, sino que lo precedían.
 
CÉSAR ANTONIO ALURRALDE (Argentina): “El sillón” (29 palabras)
Se lo pasaba sentado todo el día, su trabajo al menos así lo exigía. Sólo fue necesario un impulso de sus manos en el sillón de ruedas.
 
ALEJANDRA BASUALTO (Chile): “Rosas” (29 palabras)
Soñabas con rosas envueltas en papel de seda para tus aniversarios de boda, pero él jamás te las dio. Ahora te las lleva todos los domingos al panteón.
La mujer de yeso, 1988
  
PÍA BARROS (Chile): “Trece” (28 palabras)
Me encantas, bruja, en tu vuelo nocturno. Así le dijo, lo que siempre había querido escuchar. Pero siguió de largo. Era el día de los malos augurios.
A horcajadas, 1990
 
JOSÉ DE LA COLINA (México): “La culta dama” (28 palabras)
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”.
    —Ah, es una delicia —me respondió—, ya estoy leyéndolo.
 
MIGUEL GÓMES (Venezuela): “Cotidiana” (27 palabras)
Tras una discusión, coloqué a mi mujer sobre la mesa, la planché y me la vestí. No me sorprendió que resultara muy parecida a un hábito.
Visión memorable, 1987
 
JORGE LUIS BORGES (Argentina): “El adivino” (26 palabras)
En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será reprobado...
 
RODOLFO MODERN (Argentina): “Del ejercicio del poder” (26 palabras)
Cuando F’ang, el conductor, se sentía fatigado tras una dura jornada de labor, descansaba tres años. Y con él todo el reino.
El libro del señor de Wu, 1980
 
EDMUNDO VALADÉS (México): “Pobreza” (26 palabras)
Los senos de aquella mujer, que sobrepasaban pródigamente a los de una Jane Mansfield, le hacían pensar en la pobreza de tener únicamente dos manos.
 
JAIME VALDIVIESO (Chile): “Cordero de Dios” (26 palabras)
- ¿Por qué vas a matarme? ¿No sabes acaso que soy el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo?
-Precisamente por eso.
 
JUAN JOSÉ ARREOLA (México): “Ágrafa musulmana en papiro de oxyrrinco” (25 palabras)
Estabas a ras de tierra y no te vi. Tuve que cavar hasta el fondo de mí para encontrarte.
Obras de Juan José Arreola, 1972 
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Tú y yo” (25 palabras)
Leímos todo cuanto había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor.
Parque de diversiones, 1970 
 
ARMANDO JOSÉ SEQUERA (Venezuela): “Una sola carne” (25 palabras)
Tan pronto el sacerdote concluyó la frase …y formaréis una sola carne, el novio, excitado, se lanzó a devorar a la novia.
 
DAVID LAGMANOVICH (Argentina): “Equívoco” (25 palabras)
Era ciego y caminaba por la calle Florida con un bastón blanco, apoyado en el brazo de una robusta criada, pero no era Borges.
La hormiga escritora, 2004
 
CARMEN LEÑERO (México): [Sin título] (25 palabras)
La empatía entre los cuerpos lleva a una inercia de imitación: cuando salíamos apresurados del hotel, a media tarde, traías uno de mis aretes puesto.
Birlibirloque, 1987
 
JOSÉ MARÍA MERINO (España): “Cien” (25 palabras)
Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. “Te noto mala cara”, le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina.
 
RENÉ AVILÉS FABILA (México): “Euclideana” (24 palabras)
En una ciudad actual la distancia más corta entre dos puntos no es la recta: es el zigzag que nos evita los semáforos .
 
TRIUNFO ARCINIEGAS (Colombia): “Pequeños cuerpos” (24 palabras)
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron.
 
JOSÉ DE LA COLINA (México): “Una mecenas” (24 palabras)
La hermosa y sensual señora se acostaba con los jóvenes escritores nacionales para mejorar la calidad de la nueva literatura erótica mexicana.
 
MARCO DENEVI (Argentina): [Sin título] (24 palabras)
Lo sé -decía el escritor honrado-. He escrito la mitad de lo que quería escribir y publicado el doble de lo que debí publicar.
Parque de diversiones, 1970
 
ALEJANDRO JODOROWSKI (México): “Calidad y cantidad” (24 palabras)
No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.
Sombras al mediodía, 1995
 
ANA MARÍA MOPTY DE KIORCHEFF (Argentina): “Las alas” (24 palabras)
Tres veces soñó que le ponían alas; se propuso no soñar como niño o como beata, y se fue, dormido, sin alas.
Microrrelatos, 1998
 
LUISA VALENZUELA (Argentina): “Escribir” (24 palabras)
Escribir escribir y escribir sin ton ni son es ejercicio de ablande. En cambio el psicoanálisis no, el psicoanálisis es ejercicio de hablande.
Libro que no muerde, 1980
 
LUIS MATEO DÍEZ (España): “El sueño” (23 palabras)
Soñé que un niño me comía. Desperté sobresaltado. Mi madre me estaba lamiendo. El rabo todavía me tembló durante un rato.
 
JUAN JOSÉ ARREOLA: “El mundo” (23 palabras)
Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.
 
ADOLFO BIOY CASARES (Argentina): “Gran final” (23 palabras)
El viejo literato dijo a la muchacha que en el momento de morir él quería tener un último recuerdo de lujuria.
Guirnalda con amores, 1959
 
MARCO DENEVI (Argentina): “El Cid y Jimena” (23 palabras)
Se amaron después de tantas dificultades que en el lecho nupcial les pareció que amarse no valía gran cosa.
Parque de diversiones, 1970
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Monólogo de Calígula” (23 palabras)
Si yo, el primero de todos, soy lo que soy (una bazofia), ¿qué puedo esperar del resto de los romanos?
Falsificaciones, 1969 
 
FELIPE GARRIDO (México): “Fracaso” (23 palabras)
Subir al tercer piso le toma cincuenta y ocho segundos. Decide terminar. Abre la puerta. Naufraga en sus ojos, color de miel.
 
ORLANDO ENRIQUE VAN BREDAM (Argentina): “Las últimas noticias” (23 palabras)
Serán aquellas que escucharemos o leeremos poco antes de morir, poco antes de convertirnos, también nosotros, en una mala noticia.
La vida te cambia los planes, 1994
 
GONZALO CELORIO (México): “Mercado” (22 palabras)
Señora, si usted tuviera idea de mi soledad, no me exigiría que comprara cinco pesos de perejil: me vendería diez centavos.
 
ORLANDO ENRIQUE VAN BREDAM (Argentina): “Derecho” (22 palabras)
-Yo te voy a sacar derecho, mocoso -le dijo mi vecina al hijo y le dobló la espalda con los golpes.
Las armas que carga el diablo, 1996
 
MARCO DENEVI (Argentina): “Paolo y Francesca” (21 palabras)
El Infierno se les antoja un Paraíso porque al menos están exonerados del tormento de callar su amor.
Parque de diversiones, 1970
 
LUIS FELIPE HERNÁNDEZ (México): “Escena conyugal” (21 palabras)
Lanzaba con presteza uno tras otro los cuchillos a su mujer, quien los recibía con el trapo para secarlos.
 
ORLANDO ENRIQUE VAN BREDAM (Argentina): “Preocupación” (21 palabras)
—No se preocupe. Todo saldrá bien —dijo el Verdugo.
—Eso es lo que me preocupa —respondió el Condenado a muerte.
La vida te cambia los planes, 1994
 
RENÉ AVILÉS FABILA (México): “El harén de un tímido” (20 palabras)
Como temía decirles que no, opté por conservar a todas las mujeres que he amado.
Cuentos de hadas amorosas, 1990
 
GUILLERMO CABRERA INFANTE (Cuba): “Dolores zeugmáticos” (20 palabras)
Salió por la puerta y de mi vida, llevándose con ella mi amor y su larga cabellera negra.
Exorcismos de estilo, 1967