martes, 13 de diciembre de 2011

Apuntes teóricos (II)

Taller de escritura
Centro Cultural Francisco Rabal (noviembre 2011)
Segunda sesión


Encontrar la voz más adecuada para que transmita el relato no es, ni mucho menos, algo menor. Tenemos que encontrar una voz que se adecue a aquello que queremos hacer llegar al lector. Cada tipo de narrador ofrece unas determinadas posibilidades pero también una serie de condicionantes.

El narrador no es el autor, por más que quiera serlo. El narrador es un intermediario. El autor cede la voz al narrador y éste, si lo considera oportuno, a los personajes.

Es cierto, qué duda cabe, que el narrador se servirá de los recursos del autor, pero se construye a sí mismo. Por ello hay personajes únicos e irrepetibles que un mismo autor ha sido incapaz de repetir en su virtuosismo.

EL PUNTO DE VISTA


El narrador puede enfocar los hechos desde fuera de la acción, es decir, no la protagoniza ni directa ni indirectamente. El caso más común es el del narrador omnisciente, que veremos más adelante. Cuenta algo desde fuera. Se llama narrador heterodiegético.

Pero el narrador también puede contar la historia desde dentro, es decir, cuando conoce de primera mano la acción porque ha estado, de alguna manera, involucrada en ella. Las aventuras de Sherlock Holmes nos sirve de ejemplo. ¿Quién habla? Watson, es quien nos narra las vicisitudes de su amigo. Entonces hablamos de un narrador ‘homodiegético’, indica que quien habla ha vivido la historia desde dentro. Si quien nos transmite la historia es el protagonista mismo, tenemos un narrador autodiegético.

Por tanto:

- Narrador externo o heterodiegético
- Narrador interno: homodiegético, cuando es alguien involucrado en la acción, o autodiegético, si se trata del protagonista de la historia. Puede haber dos protagonistas al unísono, por ejemplo en ‘Las amistades peligrosas’.

A partir de ahí podemos clasificarlos en tres tipos:

*Omnisciente. Vendría a ser en la narración lo que Dios en la creación. Lo sabe todo, sabe o que siente, piensa, dice cada personaje, por qué ocurrió lo que ocurrió, lo que sucederá, lo que estuvo a punto de ocurrir y no fue. Está en un plano superior a cualquiera de los personajes.

*Narrador equisciente. Es aquel que tiene la misma información que uno de los personajes.

- Habla a través de un personaje, por ejemplo, ‘La isla del tesoro’ está narrada por Jim Hawkins.
- Permite mayor libertad al lector. Al no contar con toda la información, al no ser capaz de saber por qué actúan los personajes como lo hacen, el lector deberá de rellenar esas lagunas.

- Su visión es parcial. Es como si nos situamos en un patio de butacas, tenemos una visión diferente si estamos centrados, escorados, arriba, muy arriba, etc. 
Este tipo de narrador sólo comparte lo que la persona sabe. Algunos lo llaman ‘avec’, del francés ‘con’, como nuestra preposición.

* Narrador deficiente. Su nivel de información es mejor que el de cualquiera de los personajes. El narrador es un testigo, en el puro significado de la palabra.  Se le llama también narrador objeto.

- Su información es muy limitada.
- Focaliza desde un ángulo preciso.
- Apenas hace alusiones a sí mismo.
- El lector se identifica plenamente, pues avanza en la medida que el narrador avanza.
- Se utiliza mucho en novela negra, de tal manera que el lector va conociendo todos los datos a medida que el narrador los recaba.
- Es como una cámara cinematográfica quieta, por la que pasasen distintas cosas y quedasen registradas.

Narrador en primera personaEste narrador nos permite meternos en la piel de un personaje, que puede o no ser el protagonista.

Utilizando la primera persona podemos conocer lo que siente, lo que piensa, lo que hace el personaje. Este tipo de narrador, que es el que menos conflictos plantea a la hora de escribir, tiene un gran riesgo: que quien hable sea el escritor, que el autor utilice al protagonista para dar su visión del mundo.

También puede darse el caso de encontrarnos un narrador en primera persona colindante a la acción, como si fuera un testigo. Es decir, externo. Sirve como ejemplo las anécdotas de las que somos testigos y que contamos a nuestra pareja, nuestros compañeros de trabajo, etc.

Dentro del narrador en primera persona se enmarca la técnica denominada ‘monólogo interior’, que es una manera peculiar de contar una historia. El personaje entrega el relato a los vaivenes de la mente y a los desórdenes del pensamiento. El propósito de este modo es adentrarnos directamente en la vida interior de este personaje sin que el autor intervenga con explicaciones y comentarios. Como cualquier monólogo es un discurso sin oyentes y no pronunciado (‘Ulises’, de Joyce).

También existe un monólogo tradicional, que se diferencia en que expresa, de manera ordenada y lógica, los pensamientos y sentimientos (‘Cinco horas con Mario).

También podemos encontrarnos con un narrador en primera persona del plural, un ‘nosotros’ que cuenta y transmite la historia. Este tipo de narrador se utiliza en novelas de aventuras.


El narrador en segunda personaEs un narrador complicado. Parece que se habla a sí mismo, aunque puede interpretarse como que apela directamente al lector, parece como si las cosas le estuvieran sucediendo a él. No es muy común por lo complicado. Aunque lo usamos mucho en el uso cotidiano del lenguaje.

“Lees ese anuncio: una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que te has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato. Tú releerás. Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso.” ‘Aurora’, de Carlos Fuentes.

Es un tipo de narrador incómodo para el escritor, sobre todo para una narración larga. Resulta muy cercano pero también muy agresivo, ya que apelamos al lector con un ‘tú’ directo.

Tiene mucho más tirón y popularidad en la novela moderna. Un truco para solventar la complejidad de este tipo de narración es hacer hablar al protagonista con otro protagonista.

El narrador en tercera personaEs la más popular de todas porque es la que menos dificultades narrativas plantea. Por lo menos, a priori.


El narrador tiene tres funciones claras:

- Adopta un modo particular para contar la historia (diálogo, narración, diario, epistolar, etc.)


- Adopta un punto de vista. Como veremos ahora puede participar de la trama, estar imbricado en ella, o ser un espectador más o menos cercano.
- Estructura los hechos. Decide qué cosas tienen relevancia para el desarrollo de la historia y cuáles no, y puede jerarquizarlas con capítulos, con inclusión de cartas, etc. Escoge el tiempo y el espacio. Habíamos dicho en la clase anterior que nada de cuanto contemos tiene que ser banal. Antes bien, ha de aportar algo a la historia.


Hay otra posibilidad, el multiperspectivismo. Se trata de que varios personajes o voces narrativas cuenten una misma historia desde distintos puntos de vista. Esto, que puede resultar sumamente interesante, corre el riesgo de que, si no manejamos muy bien el ritmo y el tono de la historia, al repetirla, podemos aburrir al lector. ‘La mujer justa’, de Sandor Maray.

EPD

1 comentario:

  1. Buenos apuntes. Me los apunto.

    José A.

    P.D.: que buena es la tecnología para estas cosas

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