lunes, 31 de octubre de 2011

Revolución caliente

—Ya no cabemos, esto es insoportable - le decía Fat  Malow a Willy Red. Una cosa es el calor propio de nuestro hábitat y otra, esta aglomeración insostenible.
—Además últimamente los que llegan son tan light que se escandalizan por todo.  Ayer  esa tal Venus Max se asombró cuando blasfemé y me cagué, uno por uno, en todos los santos del mes de enero. ¡Hay que joderse!-dijo Willy Red agitando su puntiagudo rabo.

El ambiente llevaba enrarecido hacía ya varios meses debido a lo que  pasaba   en la parte de arriba. Se comentaba que allí, en las alturas, se estaban poniendo demasiado estrictos y  cada vez andaban más desahogados, tanto que la desidia y  el aburrimiento empezaban a oscurer los ánimos de sus inquilinos.

—Increible.- Apuntó Malow.
— ¿Sabes qué me dijo la hija de su madre? Que estaba aquí sólo por un delito de estafa a escala internacional, pero que por lo demás siempre había cumplido con todos los  preceptos religiosos.
—Lo que te digo.  Nos mandan a cualquier mindundi.  Un día de estos nos los encontramos rezando. Tenemos que ponernos todos de acuerdo y exigir a los dos Dioses que equilibren los dos Reinos de una vez.

Fat y Willy, que eran  los más antiguos y resabiados, fueron reclutando insatisfechos.  Sólo les costó siete días computar a todos los que consideraban intrusos e indignos de ocupar sus ancestral hogar. Sabían que sería difícil pues nunca nadie que hubiera bajado había salido de aquel lugar.  Pero los tiempos estaban cambiando y ahora era el momento propicio.

Después de varios días de reuniones, la gran cabra cornuda habló:

—Lo siento mucho, somos los que somos y cada día seremos más. Los de arriba, Inmaculados S.L., han privatizado el Cielo y ya sólo entran los elegidos. Cualquier pequeño desliz que tengan los inmortales les remite directamente a nosotros. Al fin y al cabo, esto es el infierno, queridos pecadores.

Y con un movimiento brusco se cubrió con su capa y desapareció.

Raquel Ferrero
a partir de la hípótesis fantástica: qué ocurriría si los huéspedes del Infierno se amotinasen

jueves, 27 de octubre de 2011

Lucifa

Rajar, partir, pelar, cortar
la carne del cristiaanooo!
¡Tostar, asar, freír, quemar
con brasas de castaaañooooo!

- ¿Dónde se han creído que van? –gritó Cojituerto amenzando con su tres pinchos.
- ¡A ninguna parte! –respondió Quemado-uno.
- ¡Vamos a buscar a Lucifa! Parece mentira que estéis todo el día y la noche asando y quemando y vuestro Jefe refocilándose con Lucifa ¡Nosotros también queremos fornicar! –apuntó Quemado-dos con entusiasmo.
- ¡Tiene razón! ¡Dejemos los tridentes y busquémosla! –gritó Chepimanco.
- ¡Ay! ¡Ay! ¡Soltadme!, ¡tullitontos!, ¡quemaculos! ¡o se lo diré a Lucito! –gritaba Lucifa a todo pulmón.
- ¡No nombres la llama en casa del quemado! –dijo pensativo Quemado-uno.
- Ya sabéis que os arrancará los brazos y las piernas –respondió levantándose las faldas provocativamente.
- ¡Sí! Pero luego nos crecen –espetó Cojituerto.
- ¿Y lo que duele? ¿Eh? –respondió Lucifa con aire desafiante.
- ¿QUEEEEEEEE? –bramó Lucifer, haciendo temblar todas las ollas, de la más pequeña a las gigantes y forzando a salir de sus cuevas una nube de murciélagos, que cubrió toda la bóveda donde se hallaban.

En un momento, muertos de miedo, todos los murciélagos orinaron y defecaron a la vez, y el guano les llegó hasta las rodillas.

- ¡Huele pedos! ¡Quema culos! ¿Porqué no estáis trabajando?
–vociferó Lucifer.
- La culpa es de Lucifa que quería hacerselo con los cuatro –comentó Chepimanco, mientras tapaba su cabeza con el brazo.
- ¡Volved inmediatamente al trabajo! –ordenó Lucifer. Y a ti... ¡Tú, rastrera, vas a cantar ópera!
Y empezó a arrearla mamporros, mientras que sus colas penetraban y salían de sus orificios a una velocidad de vértigo.
- ¡Ay! ¡Ay! ¡Qué gustito! ¡Ay! ¡Ay!
¡Y vosotros a vuestra olla! –chillo Cojituerto, dirigiéndose a Quemado-uno y a Quemado-dos, al tiempo que continuaba con su letanía:

¡Sajar, partir, pelar, cortar
 la carne del cristiaanooo!
¡Quemar, asar, freír, trinchar
con tridente en la maaanooooo!
Ernesto Vinader
a partir de la hípótesis fantástica: qué ocurriría si los huéspedes del Infierno se amotinasen

La rebelión de los pequeños demonios

Pequeñitos, redonditos, con cuernecillos y cola acabada en corazón. De color rojo anaranjado como la lengua del mismísimo diablo.

El infierno daba ese color a sus habitantes, así se uniformaba a todos los pequeñitos que parecían hasta graciosos. Sin embargo, al mirarles a la cara daban terror. Diferentes unos de otros mostrando en su frente el porqué de estar en el infierno.

Aparecían así los grupos pertenecientes a la avaricia, la ira, la gula... Pero como en el siglo XXI todo era cada vez más complejo, participaban de varios pecados a la vez.

Felices, hasta que eran conscientes de que aquello era sólo el principio. Se dedicaban a hacer lo mismo que les había llevado al infierno. Pero las consecuencias eran diferentes. De cada uno de sus actos salían beneficiados otros, aquellos que antes fueron perjudicados en la tierra. Conseguían hacer más grata la vida de los demás en forma de golpes de suerte que les hacían más felices.

En el infierno ya no podían controlar cada uno de los pasos que servían a sus intereses, ahora eran un número más, sin ninguna relevancia personal y sin cosechar beneficios propios. Fueron dueños del universo; amos de un mundo que unos pocos habían creado para dolor de los demás. Ahora eran difíciles de distinguir, quedando todos clasificados bajo el concepto de “maldad”.

No tenían un líder, todos querían serlo. En continua guerra, torturados y perseguidos unos por otros, dominados por el odio y la ira, sin un ápice de tregua. La soledad y el miedo a ser atacados les hacían rendirse, y no podían salir del círculo donde meritoriamente se habían metido.

Enfermos, hambrientos, maltratados física, psíquica y emocionalmente eran cada vez más pequeños. Ya no podían hacer sino el bien fuera del averno.

Aunque intentaban rebelarse, sólo conseguían que el mundo en que vivían fuera cada vez peor, para ellos y sólo para ellos. Un auténtico y eterno infierno.
María de las Mercedes Martín Duarte
a partir de la hípótesis fantástica: qué ocurriría si los huéspedes del Infierno se amotinasen

Llamando a las puertas del cielo

Desde hacía décadas no surgía ninguna posibilidad. El último concurso de traslados se celebró en 1960.

Tras las reformas protestantes que dieron lugar al Concilio de Trento, allá por el siglo XVI, había aumentado de forma considerable el número de inquilinos del infierno. No obstante, se produjo una circunstancia positiva: gracias a un acuerdo de los jefes de explotación de cielo, purgatorio e infierno, periódicamente podrían trasladarse almas de una jurisdicción a  otra.

En la segunda mitad del siglo XX, el Concilio Vaticano II produjo en el cielo un efecto llamada, provocando casi su saturación, por lo que los traslados comenzaron a realizarse sólo en sentido descendente.

Los cajeros, interventores y directores de sucursal bancaria, que habían sido condenados al averno, por las comisiones abusivas que cobraban a sus clientes, se habían quejado con insistencia de que todos los altos directivos y grandes accionistas de sus empresas subieran al paraíso, siendo éstos los que ordenaban los métodos de usura.

Durante mucho tiempo, las encorbatadas ánimas habían cobijado esperanzas de ganar el  purgatorio; hecho que nunca sucedía. Convinieron que la situación ya no podía sostenerse, por lo que acordaron ascender por su cuenta al edén, sin purgar antes sus pecados; de no conseguirlo por las buenas, tendrían que emplearse con energía.

No pasó inadvertida la rebelión de los financieros, motivando que otros colectivos se unieron en la lucha; sobre todo los que se consideraban injustamente juzgados, como los jefes de personal obligados a despedir, los escritores cuyas obras avivaron las llamas, otros que quisieron vivir del cuento y algunos seguidores de Bob Dylan, desorientados en vida ante tanto cambio de fe del artista, viendo que ahora podrían hacer realidad su canción favorita: “Llamando a las puertas del cielo”.

Aprovechando el bullicio de la fiesta mayor celestial, se dieron cita en la entrada de la gloria. Golpearon con insistencia, pero nadie contestó. La masa de indignados, multiplicando sus fuerzas, derribó las puertas.
Vicente Briñas,
a partir de la hípótesis fantástica: qué ocurriría si los huéspedes del Infierno se amotinasen

miércoles, 26 de octubre de 2011

Seda y difuntos

Un día más se dispuso a hacer sus ejercicios de meditación. Empezó inspirando profundamente hasta convertir la respiración en algo apenas perceptible. Se sentía más liviana que nunca. Su cuerpo empezaba a elevarse ligeramente y su mente conectaba con el vacío exterior. Flotaba en la infinitud del universo, con un halo luminoso que le proporcionaban las estrellas. Una sensación de extrema suavidad rozaba cada parte de su ser. Los gestos de su cara se iban dulcificando. Las tensiones y temores que otras veces le atenazaban desaparecieron. Jamás había llegado a tal grado de relajación. Repentinamente, oyó unas voces que le sacaron de su plenitud. Seguían un ritmo melódico, como una letanía religiosa. Sí, las voces eran familiares, conocidas… parecían las de sus padres, sus hermanos. Aterrorizada, pensó en aquello que le había hecho prometer a su hermana. Si llegara el caso, quería ser amortajada como cualquier difunto pero, por favor, que fuera totalmente envuelta en seda, con su caricia sutil.

María de las Mercedes Martín Duarte
a partir del binomio fantástico 'seda' y 'difuntos'

miércoles, 19 de octubre de 2011

Seda negra

El vapor denso y pegajoso del alquitrán se mezclaba con los aros de humo, que cadenciosamente iban saliendo de sus labios.  El Hotel Rich se asomaba detrás de las copas de los árboles  y Neptuno observaba impasible como la noche iba cuajándose. Alfredo dio de nuevo una profunda calada y alzó su cabeza para ver como los circulos ascendían, se difuminaban y por fin desaparecían en el cielo gris pastoso de esa noche tibia de agosto.

De repente apareció flotando ante sus ojos un pañuelo de seda de vivos colores. Volaba como si tuviera vida propia, planeaba y luego batía con ritmo sus flancos.  Aunque corría una pequeña brisa, no parecía que ella fuera la impulsora de su vuelo. Estaba absorto en el pañuelo, en sus colores, tanto que le pareció sentir que una fragancia se desprendía de él. Era un aroma sútil pero intenso que le erizó todo el vello de su cuerpo.

Un escalofrío le recorrió al mismo tiempo que escuchó una voz femenina que sensualmente le suplicaba: “Monsieur, monsieur mon foulard s’il vous plaît”. En el último piso del Rich, asomada a un balconcito, una mujer desnuda le llamaba agitando su brazo y señalando al pañuelo volador.

Alfredo, desde su alquitranadora, vio como el foulard de la señorita, sintiéndose delatado, perdía altura y se plegaba sobre si mismo, iniciando un descenso en picado hacia su recién asfaltado suelo. Pero cuando su caída era inminente desplegó de nuevo sus alas y magestuoso planeó, de manera suave y delicada, sobre el manto negro y humenante. Y allí quedó, pegado y desplegado, luciendo su colorido, dignificando con su suavidad el inmundo suelo.
Raquel Ferrero
a partir del binomio fantástico 'seda' y 'alquitrán'

Laura

¡Qué feliz había sido en su casa de campo junto al lago! En especial, aquella tarde en que su marido, George, le había comprado un póney a su hijo Adrián, por su sexto cumpleaños. Y, sin embargo, todo parecía tan lejano...

Los soldados habían asaltado la mansión el otoño pasado, y su orgullo había sido doblegado con cada golpe de culata.

-¡No! ¡Llevadme a mí! -había gritado desesperadamente cuando se llevaron a su marido y a su hijo.

Su turno llamó a la puerta pocos meses después. No le dio tiempo, a despedirse de su única hermana, cuando llegó el grupo armado. 

El calor era sofocante, y el asfalto ardía a sus pies. Extendía, con sus delicadas manos, la gravilla que debía formar parte de la nueva carretera. Iba zigzagueando de una cuneta a otra. 

- ¡Imbécil! ¡Quítese de ahí!.. -le gritó el operario que manejaba el rodillo, poco antes que la máquina le pasase por encima.

En el humeante alquitrán quedó pegado su cuerpo. El soldado gritó:

- ¡No se detenga! ¡No podemos parar!

Echaron sobre el cadáver otra capa de asfalto. Un pañuelo de seda quedó asomando por encima de la negra superficie. En él se veía bordada la estrella de David.
Ernesto Vinader
a partir del binomio fantástico 'seda' y 'alquitrán'

lunes, 17 de octubre de 2011

De seda y alquitrán

1. Seda: Agosto 1976Es por su olor. Por ese olor a frambuesa madura, a primavera desmoronándose como lo haría una mariposa que pierde el polvo mágico de las alas, a tierra mojada que parece haber  enraizado en sus manos.

Sí. Si he permitido que entre en mi vida es por la manera en que enciende los cigarrillos y expulsa el humo distraídamente , o por la cena especial de aquella noche, y el anillo de diamantes, y la pedida a la antigua usanza en casa de mis padres…

…es, creo, por todas esas veces en las que cubre mis ojos con una bufanda de seda, me obliga a dar dos vueltas sobre mí misma, y me invita a que le busque sólo con la ayuda de las manos.

2. Alquitrán: Enero 1991 (15 años después)Es por su olor. Por ese repulsivo olor a vino barato, o a una cerveza detrás de otra y de otra y de otra, o a ese humo pegajoso del tabaco negro que llena todos los rincones posibles e imposibles de su cuerpo.

Sí. Si quiero que salga de mi vida, es por la rutina que nos obliga a agarrarnos a una noria que nunca parece que  vaya a detenerse, por esas miradas de odio que se me clavan como agujas por toda la piel, o por el hueco triste de la cama que antes siempre estuvo enteramente ocupado por él…

…es, creo, porque nunca antes me había golpeado tan fuerte como lo ha hecho hoy, por la sangre goteando de mis labios, por el fuerte sabor a rabia y alquitrán que han dejado sus puños en mi boca, y que no consigo hacer que desaparezca del todo.

Si ahora lloro mientras le espero jugueteando con uno de los cuchillos grandes de la cocina, es por esta precipitada decisión de acabar con su vida antes de que él acabe con la mía.

Emilio J Isidro Babiano
a partir del binomio fantástico 'seda' y 'alquitrán'

Se encontró en la calle

La vida de Alberto era hermética como un capullo de seda; hacía vida de gusano. Los fines de semana los consumía en casa con su televisor de cuarenta pulgadas, su deporte, su internet y el ocio de la nevera. El resto de la semana, de lunes a viernes, gastaba los días pisando alquitrán; era viajante de comercio y encontraba su capullo en la cabina del camión; circulaba las horas de luz, hablaba por la emisora de radio —su apodo era K47SOLITARIO— y dormía en las estaciones de servicio.

Su vida cotidiana habitaba en ambas envolturas, tan cerrada como el capullo de seda, tan abierta como la cabina. Feliz en su egoísmo solitario, que dividía entre los electrodomésticos y el trabajo, era un ser individual y pobre. Nunca compartió su hogar hasta que se encontró en la calle.

Un día de abril, cuanto tocaba florecer, se le acabó el trabajo; fue un asesinato de la crisis. En unos meses malvendió la radio, la cabina y el camión; en unos años se quedó sin casa —el terrorismo de la usura fue el que acabó con su vivienda— y se marchó a la calle, al aire libre, bajo un puente, junto a las estrellas, compartiendo la vida de otros desheredados que, además del tiempo muerto, le proporcionaban algún cartón de vino.

Se encontró en la calle y descubrió que hasta entonces sólo había sido un punto de soledad.

Tomás Alegre,
a partir del binomio fantástico 'seda' y 'alquitrán'

miércoles, 12 de octubre de 2011

Juanillo

Ya le había avisado su mujer que su afición al tapeo le costaría un disgusto. No distinguía entre el horario laboral y el posterior a éste. Le perdía la jarana. Todo el mundo sabía que Juanillo desayunaba innumerables veces, a cualquier hora y con distintos tipos de alimentos, sólidos y líquidos.
El encargo era importante. Estaba previsto que la nobleza y la monarquía se encontraran allí; el protocolo así lo marcaba. Como en la Edad Media, se abrazarán los privilegiados, le había dicho su encargado, mientras le echaba el brazo por encima del hombro. Pon empeño, Juanillo, que nuestro prestigio está en juego. Ya sabes que no están las cosas para jugarnos el sustento, le advirtió su jefe.
Pero no pudo negarse a una tapita de choco y una manzanilla en la taberna “La Macarena”. Claro que, eso supuso dejar de rellenar un mínimo bache con un puñado de alquitrán. Justo en el mismo lugar donde el monarca, renqueante tras la intervención, fue a abrazar a la duquesa, en el día de su boda, su tercer matrimonio. El consorte, algo turbado, no contó con los suficientes reflejos para sujetar a su flamante esposa, cuyo bonito vestido de seda, al que tanto tiempo dedicaron la pareja de diseñadores, no fue suficiente para proteger el frágil cuerpo de la noble bajo la corpulencia del monarca.
Vicente Briñas,
a partir del binomio fantástico 'seda' y 'alquitrán'

lunes, 10 de octubre de 2011

Recital poético

Queridos cuentistas,

el próximo miércoles, 19 de octubre, en el Centro Cultural Paco Rabal, es decir, nuestra guarida de las letras, se celebrará un recital poético de José Gallardo, a las 20 horas. Todos aquellos que queráis escuchar bellos versos, estáis invitados.

martes, 4 de octubre de 2011

Programa del curso 2011-2012

Queridos amigos, aquí os dejo los temas que iremos desgranando a lo largo de estos meses. Como os comenté, estoy abierta a posibles sujerencias temáticas que queráis hacerme. Un placer departir con vosotros. Que tengáis buen día.

El miedo y las fuentes de inspiración

·       ¿Por qué surge el miedo? (pavor a la hoja en blanco, falta de temas, ausencia de inspiración…)
·       Sugerencias para quebrar ese miedo (escribir mal para evitar la perfección inicial, la escritura automática, los cadáveres exquisitos, las hipótesis fantásticas, el binomio fantástico…)
·       La inspiración ajena: música, recuerdos, introspección, fotografía, plagio creativo
·       Modos de comenzar a escribir (planificación/ improvisación; la utilidad de los bocetos)
·       Propuestas para depurar lo escrito

Ritmo de la escritura

·       Antes de comenzar a escribir (tener claro qué se quiere contar, de qué modo, etc.).
·       Idea, tono del relato, secuencia espacio-temporal,
·       Verosimilitud/universalidad
·       Claridad y belleza
·       Tipo de frases que debemos emplear
·       El tiempo de la creación (tiempo interno y externo)

¿Quién habla?
·       El autor
·       El narrador:
                                                             i.      Funciones del narrador (voz, punto de vista, estructura argumental)
                                                           ii.      Tipos de narrador (omnisciente, testigo, protagonista)
                                                        iii.      Varios narradores
                                                        iv.      El tono del narrador
                                                           v.      Ventajas y desventajas de cada uno de estos narradores

Los personajes
        
·       Protagonista/antagonista
·       El protagonismo coral
·       Personajes secundarios
·       Figurantes
·       ¿Qué es lo que mueve a los personajes?
                                                             i.      El conflicto interno
                                                           ii.      El destino
                                                        iii.      Las acciones del resto de personajes
                                                        iv.      El entorno
·       ¿Cómo crece un personaje?
·       ¿Cómo habla un personaje?
·       La importancia del nombre del personaje

Los diálogos
·       El monólogo interior
·       Indicación sintáctica y semántica de los diálogos
·       Clases de diálogo
·       Cómo hablan los personajes
·       Cómo evitar que el autor hable por el personaje
·       Riesgos del diálogo

Los géneros
·       El cuento (relato fantástico, realista, misterioso, etc.)
·       El microrrelato (claves del mismo, lo lúdico en estas narraciones)
·       La novela (consejos, tipos y algunas técnicas)
·       La poesía (consejos, tipos y algunas técnicas)
·       El teatro (consejos, tipos y algunas técnicas)


Metodología de las clases

·       Habrá dos clases teóricas (al menos) cada mes, de una hora, repartidas en dos días del mes.
·       Dos clases prácticas cada mes, de una hora, para aplicar los conocimientos transmitidos
·       Una sesión entera para analizar los textos de los alumnos
·       Una sesión completa para analizar textos ajenos de distintos autores
·       Los textos elaborados por los alumnos se subirán a un blog creado a tal fin
·       Asimismo, en la medida de lo posible, se invitará a diferentes autores sobre los que se haya trabajado a compartir con los alumnos una charla en la que puedan compartirle sus dudas, inquietudes, etc.

lunes, 3 de octubre de 2011

Bienvenidos al nuevo curso de literatura creativa

Queridos amigos,

mañana comenzaremos las clases de escritura creativa en el Centro Cultural Paco Rabal. Comentaremos los propósitos del curso, la posibilidad de utilizar herramientas como este blog, habrá laguna sorpresa -espero- interesante...

¡Allí nos veremos a las siete en punto!

No podéis faltar, sois los protagonistas.